Situación.
Casar de Cáceres se sitúa al noroeste de la capital cacereña, en la parte más baja de una llanura, suavemente inclinada al norte, y rodeado desde este punto, al oeste y sur, por una loma. El término municipal se extiende por lo que se denomina “penillanura trujillano-cacereña”, con una altitud entre los 350 y 400 m.s.n.m. (metros sobre el nivel del mar), que tiene suaves ondulaciones. El casco urbano está ubicado a 369 m.s.n.m.
Cuenta con una extensión de 129 Km2 (12902 Ha), por donde atraviesan la carretera N-630 (que enlaza con el casco urbano por la CC-75 y la CC-100), y la Autovía de la Plata (enlazando por la CCV-122, y la CC-38). También se comunica con la capital de provincia, Cáceres, por la CC-38, que enlaza con la Ronda Norte, con Arroyo de la Luz por la CC-100, y con Torrejón el Rubio por la CCV-122.
El municipio posee dos entidades de población: el pueblo, y el caserío de La Perala al NO del casco urbano, próximo al límite del municipio. También posee un territorio segregado conocido como La Zafrilla.
Los municipios con los que linda administrativamente son: al Sur y el Este con Cáceres, al Norte con Cáceres y Garrovillas de Alconétar, y al Oeste con Arroyo de la Luz y Navas del Madroño. La extensión llamada La Zafrilla contacta con Malpartida de Cáceres.
Medio físico.
La estructura geológica sobre la que se extiende el municipio está bien diferenciada por granitos al Oeste, pizarras al Este, y en la zona de confluencia entre ambas rocas aparecen las cornubianitas (roca compuesta por cuarzo entre otros elementos). En la zona de confluencia es donde se asienta el casco urbano. En la zona granítica se pueden observan numerosos canchales: en la Zafrilla, en La Jara, en los Vicarios,… En el terreno pizarroso aparecen los “dientes de perro”, nombre popular con el que se conoce a los salientes pizarrosos de aspecto cortante, ocasionados por la erosión en la penillanura donde se ubica el territorio casareño. El punto más alto del municipio se encuentra en la zona granítica, al noroeste del municipio, el Pico del Águila con 434 m.s.n.m.
En el plano climatológico, el municipio se identifica con un clima mediterráneo continental: de inviernos no demasiado fríos (8,4ºC de temperatura media), suavizados por la situación occidental del lugar en la Península Ibérica, por su moderada altitud y por la penetración de los vientos del Atlántico; y de veranos muy calurosos (temperatura media 25,8ºC). La temperatura media anual es de 16,7ºC. Las estaciones más agradables son la primavera y el otoño. La precipitación anual es escasa, 544,6 mm, característica de este clima.
Su red fluvial es muy sencilla. Los arroyos que circulan por el término de Casar de Cáceres son: Villaluengo, Aldea y San Caín, como principales, perteneciendo todos a la cuenca del Río Almonte (localizado al este, en los conocidos riberos), afluente del Tajo. Sus cauces siguen las fisuras de la geología predominante, granitos y pizarras, de ahí que los cauces no tengan terrazas fluviales, sino un encajamiento en el terreno.
En el curso del arroyo Villaluengo se construye en los años 80 del s. XX el conocido como pantano nuevo, para abastecer a la población casareña, puesto que el pantano viejo (emplazado en la zona de Viñas de la Mata) se queda pequeño.
Por el municipio encontramos numerosas charcas construidas por el hombre o bien formadas por los materiales que encontramos en el subsuelo (pizarras y granitos). Destacan: San Caín, del Hambre, Pucherito, Acoto, Charca Nueva,… También se pueden observar numerosos pozos o fuentes, como: pozo Mochuelo, pozo Soleares, pozo Mochuelo, fuente del Pilar, fuente de la Quinea, fuente de Juan Gil,…
El tipo de suelo es conocido como “Tierra parda meridional”, con predominio del granito en el noroeste, y en el resto del territorio predominan las pizarras. Conocidos por los lugareños como arena y barro, respectivamente. Los suelos tierra parda meridional se caracterizan por ser de poca profundidad, entre 25 y 50 cm, y estructura suelta; cuya vocación es proporcionar buenos pastos para la cabaña ganadera, y cultivos cerealistas.
En cuanto a la vegetación, predomina la vegetación herbácea, existiendo manchas de árboles representando el bosque y matorral mediterráneo. Así observaremos un paisaje de dehesa con: encinas, acebuches, cornicabras, alcornoques, jara, torvisco, escoba, retama, tomillo, zarzas y escaramujos, e infinidad de flora mediterránea (nazareno, dedalera, tulipán de monte, viborera, patita de burro, narcisos, lirio de mayo, leche de pájaro,…). Un paisaje condicionado por las características climatológicas y edáficas del territorio.
Casar de Cáceres pertenece a Los Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes, Zona de Especial Protección para las Aves (Z.E.P.A.). En ella observaremos aves esteparias como la avutarda, el sisón y el alcaraván En la zona de los riberos del Almonte se refugian rapaces como el alimoche, águila real, cigüeña negra, buitres leonados y negros,… Lugar también donde encontraremos al jabalí, al zorro,… En la zona del Pico del Águila se podrá observar al búho real. En el medio acuático encontraremos la preciada tenca, el marrajo, el sapo común, la ranita meridional, la carpa, y especies exóticas como black bass y perca-sol; y divisaremos al ánade real, al pato cuchara, a la focha común, al somormujo, al lavanco, al zampullín chico, a la zancuda, a la garceta común, la garza real y la cigüeñuela.
Otra fauna que observamos por aquí: rabúos o rabilargos, milanos negros, abubilla, ratonero común, mochuelo, águila calzada, lechuza, cernícalo, garcilla bueyera, grajilla, paloma, gorrión o gorriato, golondrina, tordo, y la cigüeña blanca. También encontraremos: lagarto ocelado, murciélago, salamanquesa o saltarrostro,…